Se trata de un área de unas 128 ha, que incluye una extensa caverna de rocas calizas desarrollada en varias galerías. La filtración del agua a lo largo de millones de años produjo la formación de espeleotemas de gran interés geológico.
Esta obra de arte viva, tal como sugirió Borges hubiese querido ser honrado en 1984 en Roma, cuenta con más de 2.500 metros de senderos para recorrer su oculta simbología, que se hace visible sólo a partir de la torre de 20 metros erigida para apreciarla.